lunes, 18 de abril de 2011

GUARANÍES

Ubicación 

El pueblo guaraní proviene del Amazona brasileño y, en su caminar en busca de tierras, se asentó una parte en el Paraguay, Misiones y el norte Litoraleño de Corrientes; otro grupo migró a Bolivia y parte del noroeste Argentino, bajo el nombre de Chiriguanos. 

Vestimenta 
Generalmente estaban desnudos o apenas tapaban sus genitales con un pequeño chiripá o taparrabos de tela, que envolvía la cintura y se desprendía hacia las rodillas. En el invierno se colocaban sobre los hombros una capa corta hecha con pieles de animales. 

La mujeres usaban una prenda mínima de corte triangular realizada con plumas de ave denominada "tanga". Al llegar los españoles cambiaron la tanga por el tipoy, túnica sin mangas, hecha de algodón, que cubría el cuerpo desde los hombros hasta las rodillas . Se adornaban con plumas, pinturas y tatuajes, collares de semillas, huesos, objetos de forma y materiales diversos, y no usaban calzado. 

Arquitectura

Viviendas: Las más sencillas eran los paravientos confeccionadas con palos clavados inclinados y tapados con hojas de palmera y eran levantadas de manera temporaria para pasar la noche fuera de la aldea. Las casas de las aldeas eran muy grandes, tenían unos 50 metros de largo ya que eran habitadas por familias extensas y agrupaba a una unidad social llamada linaje. Podían vivir hasta 300 personas y luego de la conquista española fueron mermando hasta tener unos 60 habitantes. 

Las casa tenían un armazón de palos y un techo a dos aguas alto cubierto con hojas de palmera y pasto. Las paredes eran de madera con una cubierta de barro. No tenía ventanas para hacer la casa más fresca para el calor y protegerla de los insectos. Varios tabiques dividían las habitaciones para cada familia. 

Sus muebles consistían en banquitos de madera, hamacas para dormir. El fogón era el lugar para conversar, reunirse y dormir a su alrededor. Cada familia contaba con uno. 

Las casas se agrupaban en aldeas, generalmente eran ocho, ordenadas alrededor de un plaza cuadrada donde ser reunían para celebrar sus ceremonias y fiestas. A su vez cada una estaba protegida con empalizadas y rodeadas de pozos con lanzas y palos afilados en su interior. 

Forma de Escritura

Cada uno escribía de manera distinta. Trataban de representar los sonidos guaraníes según como escuchaban y según las posibilidades del idioma que conocían. Entre Antonio Ruiz de Montoya y Nicolás Yapuguay (Sermones y Ejemplos en Lengua Guaraní, edición facsimilar de la Edición Príncipe del año 1727, Editorial Guarania, Buenos Aires, 1953) y otros, hay diferencias. Como era de esperar, no había ni podía haber sistema alguno en la gráfica de entonces. Por eso, es muy difícil de leer y entender estos textos. De ahí lamentables confusiones y palabras que corren con una fonética distinta y a veces con significado distinto a la que en realidad debería tener. 

Producciones literarias


La literatura indígena guaraní, también llamada oratura en razón de que el antiguo pueblo guaraní no conocía la escritura y sus grandes poemas míticos se transmitían en forma oral, es un capítulo que se develó en las primeras décadas del siglo XX con las investigaciones del antropólogo alemán Kurt Unkel Nimuendaju. 

A estos primeros hallazgos siguieron los del antropólogo paraguayo León Cadogan, cuya compilación titulada Ayvu Rapyta (El Fundamento de la Palabra), que se dio a conocer hacia el año 50, es considerado el más importante texto mítico de los indígenas guaraní, a la par de los grandes textos sagrados de otros pueblos americanos, como el Popol Vuh de los mayas. En él se puede ver el fundamento de la religión de la raza, con una poesía y filosofía autóctonas plenas de belleza y profundidad.

Los dos primeros capítulos, "Las Primitivas Costumbres del Colibrí", en donde se describe la aparición del Ser Supremo, y "El Fundamento del Lenguaje Humano", en donde se relata la creación de las llamas y la neblina, el amor al prójimo, la creación de los cuatro padres de la palabra y sus consortes, son de una solemnidad impresionante, al decir del autor, pues el Ayvu Rapyta – la Palabra, el Verbo –, según éste texto "...surge a la actividad, en el curso de su evolución, en medio del Caos primigenio, iluminado por la sabiduría contenida dentro de su propia Divinidad..."

Siguiendo a estas recopilaciones pioneras, otros antropólogos como Pierre Clastres, Carlos Martínez Gamba y Miguel Chase Sardi, fueron acrecentando lo que hoy ya es un importante corpus literario publicado en numerosos libros, al alcance de estudiantes e investigadores.


Desarrollo tecnológico


Al ser muy buenos navegantes, construyeron canoas que alcanzaban 10 metros de longitud,  hechas de un árbol ahuecado; se manejaban con remos .

DIAGUITAS

Ubicación

Habitaban los cerros y valles del noroeste de Argentina, en las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, norte de San Juan, extremo noroeste de Córdoba (Argentina) y el Norte Chico de Chile, en los valles transversales de las regiones de Atacama y Coquimbo teniendo al oeste de los Andes como límite aproximado el río Choapa.
 
Vestimenta

Vestían largas camisetas de lana tejida con adornos geométricos y ponchos. Calzaban ojotas de cuero, algunos se cubrían la cabeza con un gorro con orejeras, de colores muy vivaces. Otros usaban vinchas, prendedores, aros y coloridas pecheras, de plumas, huesos, piedras y metales. 



  
Arquitectura

Las construcciones que utilizaban para vivir eran chozas agrupadas en aldeas pequeñas a las que se sumaban unas bodegas subterráneas empleadas para almacenar maíz y otros alimentos. 

Las formas de las viviendas iban de lo rectangular a lo cuadrangular. Se componían de varias habitaciones comunicadas entre sí, con angostas puertas para su salida al exterior. Utilizaron, en su construcción, el método pirca (superposición de piedras) el techo, a dos aguas, era de paja o torta (mezcla de paja, ramas y barro).
Desarrollaban sus actividades en poblados como Quilmes, La Paya, Tolombón, los que tenían un espacio fortificado pucará para defenderse de los ataques.

Forma de escritura 

No poseían niguna forma de escritura. 

Producciones literarias

Algunas de las leyendas más conocidas, de tradición oral, fueron Los pétalos de la Rodocrosia, y Chaya y Pujillay. 

Los Pétalos de la Rodocrosia

Tras largos días y noches de andar, el chasqui alcanzó el último tramo del camino que conducía a la morada del Rey Inca. Llevaba una singular ofrenda destinada al gobernante: tres gotas de sangre petrificadas, el precioso hallazgo fue recibido con mucha emotividad. En el Lago Titicaca, en tiempos pasados, se había construido el templo de las acllas: las vírgenes sacerdotisas del Inti. En ese sitio se encontraban anualmente el sol y la luna para fecundar los sembrados y asistir a la sagrada elección de quien heredaría la responsabilidad de perpetuar la sangre inca. 

Un día el invencible guerrero Tupac Canqui se atrevió a ingresar al sagrado templo, desafiando la tradición incaica. Desde el momento en que descubrió a la bella Ñusta Aclla, nació su amor por ella. La sacerdotisa lo correspondió, consciente de ignorar las restricciones del Tawantinsuyo para las elegidas. Juntos, escaparon hacia el sur, buscando proteger el vientre de la Aclla lleno de vida. El poder imperial bramó y destinó infortunados grupos armados a castigar a los culpables de la transgresión. Tupac Canquí y la Ñusta Aclla se instalaron cerca del salar de Pipando, donde tuvieron muchos hijos descendientes de los aymarás, que fundaron el pueblo diaguita. Sin embargo, jamás lograron deshacerse del hechizo de los chamanes incas. Ella falleció y su cuerpo fue sepultado en la alta cumbre de la montaña, él murió poco tiempo después, ahogado en su triste soledad. 

Una tarde, el chasqui andalgalá descubrió la tumba de la Ñusta Aclla impresionado por ver cómo florecía, en pétalos de sangre, la piedra que la cubría. Rápidamente salió del estupor y arrancó una de las rosas para ofrendar al rey inca. El jefe del imperio, aceptando con emoción la flor de la rodocrosita, perdonó a aquellos antiguos amantes furtivos. En adelante, las princesas de Tiahuanaco lucieron con orgullo trozos de la piedra rosa del inca, símbolo de paz, perdón y amor profundo.

Chaya y Pujillay

Cuenta la leyenda que Chaya era una muy bella jovencita india, que se enamoró perdidamente del Príncipe de la tribu: Pujllay, un joven alegre, pícaro y mujeriego que ignoró los requerimientos amorosos de la hermosa indiecita. Fue así como aquella, al no ser debidamente correspondida, se interno las montañas a llorar sus penas y desventuras amorosas, fue tan alto a llorar que se convirtió en nube. Desde entonces, solo retorna anualmente, hacia el mediado del verano, del brazo de la diosa luna (Quilla), en forma de rocío o fina lluvia.

En tanto Pujllay sabiéndose culpable de la desaparición de la joven india, sintió remordimiento y procedió a buscarla por toda la montaña infructuosamente. Tiempo después, enterado el joven del regreso de la joven a la tribu con la luna de febrero, volvió el también al lugar para continuar la búsqueda pero fue inútil. Allí, la gente que festejaba la anhelada cosecha, lo recibía con muecas de alegría; el por su parte, prosiguió la búsqueda con profunda desesperación, aunque el resultado totalmente negativo. Derrotado, terminó ahogando en chicha su soledad, hasta que luego, ya muy ebrio, lo sorprendió la muerte. Punto final de un acontecer que se repite todos los años, a mediados de febrero.

La tradición popular rescató a estos personajes y en sus vocablos se demuestra el sentido de esta fiesta: Ch'aya (en quichua: "Agua de Rocío") es símbolo de la perenne espera de la nube y de la búsqueda ancestral del agua. (Algo que no abunda en La Rioja y es vital); y "Pujllay", que significa: "jugar, alegrarse", quién para estos carnavales vive tres días, hasta que es enterrado el próximo año.

Desarrollo tecnológico

En nuestros días, los diaguitas, son reconocidos, fundamentalmente, por su alfarería de formas variadas (jarros zapatos y patos), y los platos de paredes, decorados con franjas geométricas de colores contrastantes: blanco, negro y rojo. 

En su tiempo fueron grandes trabajadores del cobre, metal con el que hicieron adornos, pero también cuchillos, cinceles y anzuelos. 

Otro material que utilizaron para sus instrumentos, fue el hueso, con el que confeccionaron espátulas decoradas con diseños zoomorfos (forma de animales) y antropomorfos (formas humanas).
Los diaguitas utilizaron la piedra, no sólo para fabricar los típicos instrumentos de pesca y caza -puntas de proyectiles, cuchillos, raspadores- sino también para fabricar figurillas con forma humana o animal, puliendo la roca. 
 
La cestería fue otra de las artes que desarrollaron los diaguitas con gran maestría, así como también la fabricación de textiles, algunos de los cuales, admirablemente decorados, pueden apreciarse en representaciones de algunas cerámicas. 

domingo, 17 de abril de 2011

AZTECAS


 Ubicación

Se asentaron en el Valle Central de México, donde fundaron la cuidad de Tenochtitlán, expandiendo su control hacia ciudades-estado ubicadas en los actuales estados de México, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero, la costa de Chiapas, Estado de Hidalgo, y parte de Guatemala.




Vestimenta 

Representativa de la función social o estatus, la vestimenta de los aztecas representó su compleja estructura social. 

Si bien hay características que se repiten en la mayoría de las culturas precolombinas, esto es, uso de pieles de animales en el comienzo, elaboración de pigmentos vegetales para teñir las prendas, fabricación de tejidos mediante telar, tarea reservada a las mujeres, el uso de plumas y oro para los nobles o el emperador, los aztecas se destacaron por la diversidad de su vestuario y el colorido que presentaban. 

En la base de esta sociedad jerarquizada estaban los guerreros, ocupados de cuidar tanto al pueblo como al emperador y sacerdotes, ubicados en la cima de la sociedad, y las arcas de la organización de la que vivía toda la población. Los trajes se diferenciaban según los méritos en campaña, caracterizados por complejos tocados, adornos de oro y conchas. 

Las mujeres llevaban el huipil y quechquemitl, camisola, una falda debajo, y mantilla, respectivamente. Los pigmentos para teñir los géneros eran de origen natural, el índigo, por ejemplo, provenía de una planta indigófera y el rojo o púrpura se extraía de un tipo de caracol. 

Los hombres usaban el maxtle o taparrabo, una tira de algodón que pasaba por las ingles, enlazándose a la cintura y una especie de sandalia llamada cactli que sólo tenían talonera y tiras para ser anudadas a la pantorrilla. 


Los vestidos, tanto de hombre como de mujer, cuando no eran tejidos, se confeccionaban en fibra de Ixtle o del manguey que se obtenía mediante el raspado de sus hojas o ramas, obteniéndose así los hilos. Posteriormente, reemplazaron estas fibras por el algodón. 

El arte plumario constituía realmente una destreza particular. De aves propias del lugar o criadas en cautiverio, las plumas se clasificaban por su tamaño y color, sobrevalorándose las de color verde de quetzal, cuya importancia era mayor que la concedida al oro.
Éstas no solo se llevaban en los tocados, también en los escudos de los guerreros, cuyo vestuario en ocasiones representaba a sus dioses.




Arquitectura


La capital del Imperio azteca era Tenochtitlan, el emplazamiento de México, D. F. de hoy en día. Construida sobre una serie de islotes en el lago de Texcoco, el planeamiento urbanístico estaba basado en un trazado simétrico que dividía la ciudad en cuatro sectores calpullis. La ciudad estaba comunicada mediante canales que eran útiles para el transporte.


Tenochtitlan fue construida según un plan fijo y centrada en el recinto ritual, donde el Templo Mayor se elevaba 50 metros sobre la ciudad. Las casas estaban hechas de madera y marga, los tejados estaban hechos de cañas, aunque las pirámides, los templos y los palacios estaban generalmente hechos de piedra.




Alrededor de la isla, se usaron lechos de chinampa para cultivar alimentos así como, con el tiempo, aumentar el tamaño de la isla. Las chinampas, llamadas erróneamente «jardines flotantes», eran largos y elevados lechos de plantas puestos sobre los fondos poco profundos del lago. Fueron un sistema agrícola muy eficiente y podían proporcionar hasta siete cosechas por año. En base al rendimiento de los chinampa actuales, se ha estimado que 1 hectárea de chinampa alimentaría a 20 individuos y 9000 hectáreas de chinampas podrían alimentar a 180 000.


Forma de escritura


Los aztecas tuvieron una escritura ideográfica o jeroglífica. Con la llegada de los españoles, estaban en la etapa fonética y no se ha podido comprobar si podían representar los sonidos con letras.


Aunque muchos códices fueron destruidos por los conquistadores,  han llegado a la actualidad por medio de misioneros o de la tradición oral algunas obras indígenas.


Su forma de escritura se ha llamado también kiriológicos, que deriva de las palabras griegas kirios (propio) y logos (lenguaje). Representan simplemente el objeto sin otra idea asociada, por ejemplo: la figura de un hombre o de una casa, solo traen al entendimiento las ideas del hombre y de casa en general, sin relación de tiempo, de lugar, de nacionalidad, de uso etc. 


Son dibujos naturales representativos de ideas, que intentan reproducir por signos las acciones, las cosas abstractas. Este pueblo antiguo expresó por signos escritos  ideas, pero estos signos fueron arbitrarios y en cierto modo convencionales, aunque provenidos de analogías más o menos verdaderas entre el mundo físico y el moral; así el león se tomó para expresar la idea de fuerza. La dificultad de representar objetos como el agua, el aire y sobre todo las ideas abstractas, como movimiento y dirección, solo pudo vencerse al inventar una figura convencional que por sí sola represente aquel objeto o idea, y que unida con otros de la misma clase o entrando en combinación con algunos signos figurativos, representaba no solo un objeto, sino un pensamiento entero. Así los mexicanos con el signo ollin que significa movimiento, colocado sobre el símbolo representativo de la tierra, expresaban exactamente la idea de terremoto. Los caracteres enigmáticos e ideográficos, por su naturaleza son también simbólicos: la diferencia entre ambos consiste en que los primeros representan ideas, los segundos objetos materiales de forma indeterminada. Tomaron origen de diversas fuentes.


Producciones literarias 


Los tres lugares más importantes para el desarrollo cultural y literario lo constituyeron Tenochtitlán, Texcoco y Cualhtitlán.

Los españoles destruyeron muchos de los -de por sí escasos- registros literarios que guardaban los aztecas. Los que se lograron conservar mejor fueron los que grabaron los misioneros, utilizando el alfabeto occidental.

De estos textos la mayor parte son poemas, que se conocen con el nombre de cuicatl. Los cuicalt incluían bailes y cantos, hablaban sobre la vida y la muerte y solían utilizarse como parte de celebraciones religiosas (estos poemas contaban con una importantísima significación religiosa). 

Otra manifestación literaria de tipo religiosa fueron los llamados cantos divinos o teocuícatl, que estaban destinados a los sacerdotes.
Y al margen de los poemas religiosos, los mexicas produjeron también una especie de literatura para la guerra. Son los llamados cantos guerreros o yaocuícatl.

La poesía tenía una gran importancia en la sociedad azteca y gozaba de alta estima. Los jóvenes de las clases sociales con más recursos solían acudir a colegios llamados calmecac  para aprender el arte de la poesía, y a colegios llamados caicalli para aprender el arte del canto. Saber escribir y recitar versos se consideraban buenos atributos en un joven de alta posición.

Al ser oral, no se tienen muchos registros de los principales autores de esta literatura. Solían ser los reyes quienes se atribuían las mejores obras, y entre ellos se considera a Nezahualcoyotl, que reinó en Texcoco durante el siglo XV, como uno de los más virtuosos.



Desarrollo tecnológico 

Los aztecas tenían su propia forma de aritmética y ésta incluía fracciones de una unidad para medir. Era un sistema altamente sofisticado que les permitía llevar registros detallados del valor de la tierra para cobrar impuestos. 


El registro de las áreas de tierra está basado en un singular sistema de cálculo muy similar al utilizado por los gobiernos hoy en día para valuar la tierra. No se conocen otros documentos que tengan un registro de perímetros y áreas y el de los aztecas era un sistema muy complejo de tributos. Era un cálculo tan sofisticado que incluso tenían clasificaciones específicas para cada tipo de suelo. 
Cada parcela tenía un glifo que representaba el tipo de suelo, el códice no sólo contienía el censo de la población y los terrenos que poseía cada señor, sino que además registraba el tipo de suelo y sobre éste se basaba su valor. 

En el campo de la técnica es donde encontramos los datos más sorprendentes. Desde Aztlán construían "camellones" o terraplenes para el cultivo. Empleaban sistemas de riego y en las zonas lacustres construyeron chinampas o terraplenes para cultivo de ciénaga, en el interior de los lagos. Realizaron obras hidráulicas, como la presa construida en Coatepec. Allí, una vez logrado el embalse, aclimataron plantas y animales lacustres para poder vivir. Tan buenos resultados lograron que hasta hubo intentos de no seguir adelante, en acuerdo con las órdenes de los sacerdotes conductores de la migración. 

Levantaban templos en todo lugar donde se asentaban, aun en Aztlán, con anexos como el tzompantli y el sacrificadero. Construyeron asimismo juegos de pelota y albarradas para la defensa, con murallas concéntricas y patios interiores. Muchas de sus obras eran de piedra labrada. También construyeron temazcales, es decir, baños de vapor. Como armas usaban originalmente el átlatl, - típico lanzadardos mesoamericano, que después sustituyeron por el arco y las flechas, una vez internados en territorios de cacería. Para la defensa usaban, además, la rodela o chimalli. Para el transporte en lugares lacustres usaron la canoa y las andas para conducir los arreos y a su dios.

INCAS


Ubicación

Organizaron un gran imperio que ocupaba un vasto territorio de América del Sur, comprendiendo los actuales territorios de las Repúblicas de Perú, Ecuador, occidente de Bolivia, norte de Argentina, norte de Chile y el sur de Colombia.






Vestimenta


La vestimenta sirvió para diferenciar las distintas etnias y territorios, como así también la clase social.

De la misma manera, así como el tipo de ropa utilizada determinaba el origen del inca, también existían un conjunto de elementos que los unificaba: el derecho a llevar uncu, chullu (túnica masculina) y demás adornos que lo identificaban como grupo. Esta metodología se conservó hasta la llegada de los españoles, quienes intentaron unificar, aún más, la vestimenta local, entendiendo que ésta era una sola a lo largo y ancho de todo el imperio.

Los materiales básicos eran el algodón y la lana, en sus diferentes variantes, alpaca y vicuña. La primera de mayor simpleza y la segunda, destinada a las clases más altas. Famosos por sus tejidos que pueden conocerse hoy en día gracias a la conservación que mantuvieron en virtud al clima desértico y pese a las tumbas en donde se hallaron, las mujeres incas eran las encargadas de hilar y tejer, tanto para el seno de la familia como para los gobernantes, magníficas telas tejidas, en pago del tributo. Los tejidos eran decorados por bordadores especializados; los motivos consistían en formas geométricas e imágenes de animales y seres humanos. A menudo, con este tipo de telas de tapicería se confeccionaban vestidos.

Asimismo, el vestuario inca se caracterizaba por especial cuidado en el tocado, las clases más altas llevaban la insignia real que consistía en flecos agarrados con un cordón multicolor, adornado en la parte superior con plumas de aves.

Las mujeres vestían de manera sencilla. Lo que las diferenciaba a una de otras según su clase, no era la complejidad en la confección sino la calidad de los géneros con que estaban fabricados los vestidos. La ropa típica era una túnica rectangular que se colocaba por la cabeza, ancha, que se ceñía a la cintura con un lazo y cuya extensión llegaba hasta los tobillos. Sobre el vestido, llevaban una capa tejida de alpaca. Las damas de la nobleza tenían el privilegio de llevar telas más sofisticadas y coloridas, como así también capas de vicuña.

En relación con la vestimenta masculina, los hombres comunes usaban una especie de poncho llamado onka que, normalmente, era tejido en alpaca. Encima de esta prenda, y en los días de frío, usaban una capa, también tejida, que se llamaba yacolla. A esta indumentaria se sumaba un taparrabo, el wara cicoy, entre las piernas. Para las clases altas cobraba especial significación, la virilidad del portador.

Los hombres también llevaban accesorios, que variaban según el rango y la ocasión en que eran usados: peines elaborados con espinas, madera, orejeras y alfileres de cobre, plata y oro.

Arquitectura

La ciudadela de Machu Picchu es un ejemplo de la arquitectura Inca, otros sitios importantes incluyen a Sacsayhuamán y Ollantaytambo. Los Incas también desarrollaron un sistema de carretera amplia que abarca la mayor parte de la longitud oeste del continente americano para conectar a su inmenso imperio.

Las investigaciones de Jhon Rowe en la capital del Imperio Inca o Tahuantinsuyo, permitieron establecer que la unidad básica de la arquitectura inca era un recinto de planta rectangular, construido con roca o adobe, con elegantes mamposterías; varios de estos recintos dispuestos alrededor de un patio y cercados por un muro, definen la unidad arquitectónica Inca mínima: la cancha. Los asentamientos Inca se caracterizaron, además, por su plan ortogonal.

Los sabios constructores incaicos que esculpieron en piedra sus mayores obras de arte edificaron eternas creaciones llenas de vida y profundo respeto por el medio ambiente que los rodeaba y acogía.

El peculiar estilo inca de dar forma y volumen a la piedra es único, sobre todo si observamos los interesantes patrones de composición utilizados conjugando el paisaje con el arte arquitectónico, causando armonía en el medio ambiente. Los estudiosos han llamado "almohadillado" al estilo protuberante de la masa pétrea que, a partir de sus límites o bordes, crece hacia dentro, como si el peso del muro comprimiera a la piedra.

Ya en 1802 un notable viajero y agudo observador, al explorar la sierra del Ecuador y la sierra norte de Perú, definió a la arquitectura Inca por tres características: solidez, sencillez y simetría.

Características de la arquitectura incaica: 
  • Solidez: los muros eran construidos con piedras debidamente talladas y pulimentadas , las que unían con admirable precisión sin emplear ninguna argamasa que les sirviera como mezcla o elemento de unión .Esta solidez ha hecho que los conjuntos arquitectónicos permanezcan inalterables al paso del tiempo.Emplearon la piedra en grandes bloques sin mucha necesidad de utilizar argamasa. Las piedras, que eran gigantes, eran usadas de tal manera que encajaba una con otra. Un ejemplo de esta arquitectura se encuentra en Sacsayhuaman, que es una fortaleza muy grande con varios de estos bloques de piedra.  
  • Sencillez: Los edificios no llevaban muchos adornos y decoraciones demasiados complicados, ninguna clase de decoración artística en sus construcciones, solo lo necesario para mantenerlo en pie. Sus figuras representaban a sus dioses; las piedras tenían forma poligonal de varios lados y ángulos, siendo variable su tamaño. 
  • Simetría: Puesto que los muros y construcciones todos guardaban relación con el conjunto. Los muros tenían forma trapezoidal (anchos en la base y delgados en la parte superior) debido a que las piedras descansaban directamente sobre el suelo y no empleaban cimientos. Las puertas también eran trapezoidales no utilizaban ventanas, pero si hornacinas o nichos que los labraban a los lados de las entradas de los monumentos.Las partes de sus construcciones eran iguales a partir de su eje. En planta, la simetría es difícil de apreciar ya que los espacios están superpuestos, aunque suelen converger en un ápice o en algunos casos, en una sala principal.

Tipos de Arquitectura en el Tahuantinsuyo:

1. Arquitectura civil: Representaba por las construcciones de las casa en las comunidades o ayllus, también las residencias de los gobernantes incaicos que mandaban a construir durante su mandato en Cuzco.

2. Arquitectura militar: Construcciones especializadas en la defensa de los territorios incaicos, servían como refugio y lugares de contraataque como por ejemplo la fortaleza militar o ceremonial inca ubicada dos kilómetros al norte de la ciudad de Cuzco, que se comenzó a construir durante el gobierno de Pachakutek, en el siglo XV; sin embargo, fue Huayna Cápac quien le dio el toque final en el siglo XV, también a la fortaleza de Ollantaytambo y según varios autores a la ciudadela fortificada de Machu Pichu.

3. Arquitectura religiosa: Construcciones de templos dedicadas al culto y a la adoración de los dioses incaicos como, por ejemplo:

- El koricancha: originalmente Inti Kancha («Templo del sol») este templo inca fue uno de los más venerados y respetados templos de la ciudad del Cuzco. El recinto de oro, como era conocido, era un lugar sagrado donde se rendía pleitesía al máximo dios inca: el Inti (Sol), por lo que sólo podían entrar en ayunas, descalzos y con una carga en la espalda en señal de humildad.

-Aclahuasis: llamada la casa de las Escogidas, corresponde a los edificios residenciales de las acllas, que eran los grupos de mujeres especializadas en actividades religiosas y productivas en el imperio incaico.




Forma de escritura

Al hablar de escritura inca, se hace referencia al medio por el cual los Incas pudieron expresar en distintos materiales, textos o poemas de su lengua franca: el quechua. Actualmente, es un poco osado hablar de una escritura inca puesto que no se conoce por tradición algún método en que la población inca halla dejado relatos; sin embargo, no son pocos los investigadores e historiadores que se aventuran a decir que la civilización inca, con su estado tan desarrollado, el Tawantinsuyo, debió buscar y hallar una manera de dejar "escrita" su historia y relatos. Estos investigadores buscan hallar este sistema de escritura, principalmente, decodificando los posibles significados de los nudos en los quipus y en los diseños geométricos de los tocapus en los textiles incas.

Es de recordar, que, en los Andes no se conocía la escritura con caracteres sobre una superficie, tal y como se entiende en occidente, pero los quipus parecen haber sido una eficaz herramienta mnemotécnica en las labores administrativas de la civilización Inca y que podrían haber servido para recordar hechos acontecidos.

Se postula que era un sistema equivalente a la escritura, pues es posible lograr más de 8 millones de combinaciones gracias a la diversidad de colores de cuerdas, distancia entre cuerdas, posiciones y tipo de los nudos posibles. Hay algunos pueblos andinos alejados que mencionan tener "escritos" en los quipus de su localidad tradiciones orales.

William Burns Glynn plantea que los quipus eran libros con una escritura alfanumérica, donde los números simbolizados en cada nudo representan una consonante de la lengua quechua y, a su vez, tienen una equivalencia con los dibujos geométricos utilizados en cenefas textiles y en la alfarería, con lo cual ellos también se convierten en textos de escritura incaica.

El 12 de agosto del 2005, la revista Science incluye el reportaje "Khipu Accounting in Ancient Peru" ("Contabilidad con Quipu en el antiguo Perú") de Gary Urton y Carrie J. Brenzine según el cual por primera vez se hubiera descifrado un elemento no numérico en un quipu: un topónimo para el pueblo de Puruchuco al inicio del mismo, constante de tres nudos óctuples.

Producciones literarias

Antes de la conquista española, existía una rica y variada literatura oral en el área del Imperio Inca. Algunas muestras de poesía religiosa, narraciones y leyendas quechuas han llegado a nosotros gracias a que fueron transcritas por cronistas como Cristóbal de Molina, el Cuzqueño, autor de Fábulas y ritos de los incas (1573); Santa Cruz Pachacuti, indio evangelizado defensor de la corona española, que escribió la Relación de antigüedades de este reino del Pirú (1613), donde describe la religión y filosofía quechuas y recoge en lengua quechua algunos poemas de la tradición oral; el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616); y Felipe Guamán Poma de Ayala cuya obra Nueva crónica y Buen gobierno permite reconstruir buena parte de la historia y genealogía de los Incas, así como numerosos aspectos de la sociedad peruana posterior a la conquista.

Gracias a ellos y a otros cronistas del siglo XVII, una parte de este legado pervivió y es una fuente viva para la literatura posterior. Esa labor fue continuada mucho después por antropólogos, historiadores e investigadores modernos y contemporáneos; en este siglo, uno de los más influyentes es José María Arguedas, importante también por su obra novelística, que subraya la importancia del carácter bilingüe y multicultural del Perú.

Desarrollo tecnológico

Los incas no conocían la rueda más que como un juguete. No pudieron usar este invento, debido a lo escabroso del terreno, que sólo podía recorrerse a pie o a lomos de llamas. Pero si se destacaron por la construcción de una vasta red de comunicaciones a lo largo de los barrancos de las montañas y tendieron, sobre los precipicios, puentes colgantes.
La obra que permitió la expansión territorial inca y luego la organización socio-económica fue, la vasta red caminera que comprendía puentes, tambos y depósitos. Pocas naciones podían vanagloriarse en el siglo XVI de poseer tan fantástico complejo vial como el del Tahuantinsuyo.

MAYAS


Ubicación

Esta cultura comprendía la región denominada Mesoamérica, en los actuales territorios de Guatemala, Honduras y parte del sureste México. 






Vestimenta 

Las mujeres usaban un huipil, blusa o vestido adornado con motivos coloridos, generalmente bordados, o una falda y su manto; mientras que los hombres usaban un calzón denominado patí.
Como la indumentaria dependía del nivel social, la nobleza vestía complicados atuendos bordados con incrustaciones de nácar y piedras grabadas y, como accesorios, adornos de plumas, medallas, gemas, collares, ornamentos de conchas, caracoles, narigueras, brazaletes, y anillos de jade, oro y cuarzo. En los pies, calzaban sandalias de cuero.


Arquitectura

La planificación de los centros ceremoniales mayas estuvo marcada por la topografía y las condiciones del terreno, lo cual determinó las diferentes formas y estructuras de las edificaciones.
La arquitectura maya participó de las características generales de las culturas americanas, pero tuvo modalidades especiales, incluso de su propio estilo (el “arco falso”, bóveda maya, cresterías, estelas y altares). Se registraron varios estilos arquitectónicos y hubo, además, otro detalle muy valioso, el de la pintura mural integrada a la arquitectura.
Entonces, la cultura maya produjo una arquitectura monumental, de la que se conservan grandes ruinas en Palenque, Uxmal, Tikal, Quiriguá, Tajín, Copán, entre otros. 

Elementos arquitectónicos mayas: 

Plataformas ceremoniales: De poca altura (máximo cuatro metros), en los lados tenían figuras labradas. Escenarios de ceremonias públicas, en la parte superior había altares, banderas, incensarios y, a veces, un tzompantli: hilera de varas con cráneos ensartados. 
Pirámide: Superposición de varias plataformas, sin nunca culminar en un volumen geométrico realmente piramidal. Sirve de basamento al templo, acercándolo lo más posible al cielo, pero tuvo también una función funeraria secundaria en importancia.  





Templo: El templo es de planta cuadrangular, muros verticales con una, tres o cinco entradas que conducen a varias piezas, sea directamente, o sea pasando por un pórtico, cuando hay varias puertas. Las entradas se cerraban mediante cortinales o esteras amarradas en el interior a unas argollas empotradas, tres en cada lado de la entrada. Los templos carecen de ventanas, pero en algunos casos pueden tener aperturas en forma rectangular o imitando el signo IK, que significa aire. El espacio interior del templo varía mucho, desde los minúsculos santuarios del Petén hasta los de mayor amplitud de Palenque. 



Crestería: Elemento propio de la arquitectura maya, que consiste en una alta construcción situada sobre el techo del templo, la cual hace resaltar la verticalidad del conjunto pirámide-templo y la idea de acercamiento al cielo. La crestería se aplicaba la mayor parte de los elementos decorativos simbólicos. 





Orientación: La orientación de las construcciones en el área de los mayas durante la época clásica, tiende a coincidir con los puntos cardinales. 

Bóveda maya: Se le ha denominado como falsa, salediza o simplemente maya, esta se fabrica acercando los muros a partir de cierta altura (inmediatamente encima del dintel de las puertas), superponiendo las hiladas de piedras de manera que cada hilada sobresalga de la inmediata inferior, hasta dejar en la parte superior un corto espacio que se cerraba con una pequeña losa. 
El factor que permitió el funcionamiento de este tipo de bóveda fue el conocimiento del mortero de cal ya usado en los muros, el cual daba cohesión al núcleo y permitía la adherencia de las piedras del parámetro.
El techo así obtenido era semejante en el interior al de la choza y determinaba un corte transversal en forma de triángulo o trapecio. Su inconveniente era que sólo permitía techar espacios angostos, ya que para piezas de mayor anchura, la altura necesaria para garantizar estabilidad de la bóveda hubiera sido excesiva. Sin embargo se hizo en algunos casos excepcionales, como en la cripta funeraria del Templo de las Inscripciones. 

Estela: La estela es un monolito que, empieza por ser una referencia calendárica y acaba por ser una obra de arte. En sus inicios la estela no pasaría de ser un "marcador".
Su función es fungir como un libro de registro siendo su principal objetivo anotar una fecha. El numeral, poco a poco, se transformó en glifo poético.


A partir del siglo III d. C., aparecen las estelas coincidiendo con hechos religiosos realizados en cada "período" calendárico de los que hoy se pueden rehacer cronologías y niveles históricos de la cultura maya. 

Glifo: Ornamento que enmarca un ideograma desarrollado con la mayor pulcritud. Se dio nombre de glifo emblema a los signos que se incluían en las inscripciones, en la imposibilidad de definir más exactamente su real significación.
Se interpretaron como glifos nominales los que se encuentran registrados en los costados del sarcófago de Palenque, junto con representaciones humanas que suponen a los familiares del personaje enterrado. 
Los glifos servían para designar el nombre, deidad tutelas del sitio, dinastía reinante o algún elemento que la caracterizara. También había ciertos glifos relacionados con la vida de varios gobernantes, de las ciudades: nacimiento, captura y sacrificios y nombres de personajes, así como también ascenso al poder, posibles alianzas de linaje, matrimonios, mención de antepasados y descendientes. 



Forma de escritura

La escritura maya se compone de un complejo conjunto de glifos que laboriosamente se pintaban en cerámica, muros o códices, se tallaban en madera o piedra, o se moldeaban en estuco. Los glifos tallados y moldeados también se pintaban, aunque con frecuencia la pintura se deterioraba hasta perderse. 





Producciones literarias

Los libros de la literatura maya que se conocen, son de temas religiosos y mitológicos y no son de fácil interpretación. Hacen continua alusión a su historia, su religión y la ciencia de su época, con un profundo sentido patriótico y poético.
Entre las principales obras se pueden citar:

- "El Libro de Chilam Balam" es uno de los más famosos, pues refleja la desesperación del aborigen por la invasión de los conquistadores. Se hallaron varias versiones de esta obra, con contenidos distintos según el pueblo que la hubiera escrito, pues se hacían diferentes versiones en los distintos clanes. Pero por su contenido de diversos temas: religiosos, históricos, literarios, sobre astronomía y calendarios, se puede apreciar toda la sabiduría del pueblo maya.
Se cree que sus autores fueron sacerdotes que transcribieron manuscritos sagrados, a los que acotaron noticias locales y elementos de la historia de cada lugar. Eran considerados libros sagrados y se los leía en ocasiones especiales. 
Las copias que se conservan no son las originales, sino transcripciones de alrededor del siglo XVI. 

- El "Popol Vuh", "Las antiguas Historias del Quiché", el más conocido. Se explicaba en él el origen del mundo y de los indios mayas. También se relataba la historia de todos los soberanos.
Se puede señalar que hay allí una conjunción de religión, mitología, historia, costumbres y leyendas. Es esencialmente una descripción del conjunto de tradiciones mayas de quienes habitaban la región guatemalteca; pero también aparecen agregadas algunas ideas cristianas, lo que hace suponer que el autor conocía a misioneros católicos. No se conoce el nombre del autor pero por datos sacados del contenido de la obra, se supone que ha sido escrito hacia 1544.
Fue escrito originalmente en piel de venado, posteriormente trascripto en 1542 al latín por Fray Alonso del Portillo de Noreña.

- El "Rabinal Achí": Se ha conservado esta pieza dramática que trata sobre la rivalidad entre dos ciudades-estados, y la captura y muerte de un guerrero notorio. 
- Los "Anales de los Cakchiqueles" es una conjunción de datos históricos, mitológicos y religiosos, escrito en lengua maya y caracteres latinos. 









Desarrollos Tecnológicos

El desarrollo científico y técnico de los Mayas se extendió entre los siglos V d.C., hasta aproximadamente XV d.C., con gran brillo en las matemáticas, conocían el uso del cero, así
como contaban con un gran calendario solar y lunar y fueron producto de la observación astronómica, elaboraron un sistema vigesimal y complejos cálculos matemáticos aplicados a la arquitectura La rueda, la utilizaron en sus calendarios pero no como medio de transporte.


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