El pueblo guaraní proviene del Amazona brasileño y, en  su caminar en busca de tierras, se asentó una parte en el Paraguay,  Misiones y el norte Litoraleño de Corrientes; otro grupo migró a Bolivia  y parte del noroeste Argentino, bajo el nombre de Chiriguanos. 
Vestimenta 
Generalmente estaban desnudos o apenas tapaban sus  genitales con un pequeño chiripá o taparrabos de tela, que envolvía la  cintura y se desprendía hacia las rodillas. En el invierno se colocaban  sobre los hombros una capa corta hecha con pieles de animales. 
La mujeres usaban una prenda mínima de corte triangular realizada con  plumas de ave denominada "tanga". Al llegar los españoles cambiaron la  tanga por el tipoy, túnica sin mangas, hecha de algodón, que cubría el  cuerpo desde los hombros hasta las rodillas . Se adornaban con plumas,  pinturas y tatuajes, collares de semillas, huesos, objetos de forma y  materiales diversos, y no usaban calzado. 
Arquitectura
Viviendas: Las más sencillas eran los paravientos confeccionadas con  palos clavados inclinados y tapados con hojas de palmera y eran  levantadas de manera temporaria para pasar la noche fuera de la aldea.  Las casas de las aldeas eran muy grandes, tenían unos 50 metros de largo  ya que eran habitadas por familias extensas y agrupaba a una unidad  social llamada linaje. Podían vivir hasta 300 personas y luego de la  conquista española fueron mermando hasta tener unos 60 habitantes. 
Las  casa tenían un armazón de palos y un techo a dos aguas alto cubierto  con hojas de palmera y pasto. Las paredes eran de madera con una  cubierta de barro. No tenía ventanas para hacer la casa más fresca para  el calor y protegerla de los insectos. Varios tabiques dividían las  habitaciones para cada familia. 
Sus muebles consistían en  banquitos de madera, hamacas para dormir. El fogón era el lugar para  conversar, reunirse y dormir a su alrededor. Cada familia contaba con  uno. 
Las casas se agrupaban en aldeas, generalmente eran ocho,  ordenadas alrededor de un plaza cuadrada donde ser reunían para celebrar  sus ceremonias y fiestas. A su vez cada una estaba protegida con  empalizadas y rodeadas de pozos con lanzas y palos afilados en su  interior. 
Forma de Escritura
Cada uno escribía de manera distinta. Trataban  de representar los sonidos guaraníes según como escuchaban y según las  posibilidades del idioma que conocían. Entre Antonio Ruiz de Montoya y  Nicolás Yapuguay (Sermones y Ejemplos en Lengua Guaraní, edición  facsimilar de la Edición Príncipe del año 1727, Editorial Guarania,  Buenos Aires, 1953) y otros, hay diferencias. Como era de esperar, no  había ni podía haber sistema alguno en la gráfica de entonces. Por eso,  es muy difícil de leer y entender estos textos. De ahí lamentables  confusiones y palabras que corren con una fonética distinta y a veces  con significado distinto a la que en realidad debería tener. 
Producciones literarias
Los dos primeros capítulos, "Las Primitivas Costumbres del Colibrí", en donde se describe la aparición del Ser Supremo, y "El Fundamento del Lenguaje Humano", en donde se relata la creación de las llamas y la neblina, el amor al prójimo, la creación de los cuatro padres de la palabra y sus consortes, son de una solemnidad impresionante, al decir del autor, pues el Ayvu Rapyta – la  Palabra, el Verbo –, según éste texto "...surge a la actividad, en el curso de su evolución, en medio del Caos primigenio, iluminado por la sabiduría contenida dentro de su propia Divinidad..."
Desarrollo tecnológico
La literatura indígena guaraní, también llamada oratura en razón de que el antiguo pueblo guaraní no conocía la escritura y sus grandes poemas míticos se transmitían en forma oral, es un capítulo que se develó en las primeras décadas del siglo XX con las investigaciones del antropólogo alemán Kurt Unkel Nimuendaju. 
A estos primeros hallazgos siguieron los del antropólogo paraguayo León Cadogan, cuya compilación titulada Ayvu Rapyta (El Fundamento de la  Palabra), que se dio a conocer hacia el año 50, es considerado el más importante texto mítico de los indígenas guaraní, a la par de los grandes textos sagrados de otros pueblos americanos, como el Popol Vuh de los mayas. En él se puede ver el fundamento de la religión de la raza, con una poesía y filosofía autóctonas plenas de belleza y profundidad.
Siguiendo a estas recopilaciones pioneras, otros antropólogos como Pierre Clastres, Carlos Martínez Gamba y Miguel Chase Sardi, fueron acrecentando lo que hoy ya es un importante corpus literario publicado en numerosos libros, al alcance de estudiantes e investigadores. 
Desarrollo tecnológico
Al ser muy buenos navegantes, construyeron canoas que alcanzaban 10 metros de longitud,  hechas de un árbol ahuecado; se manejaban con remos . 
 



 





























